Nombre:
Nefi Jacob López Barreiro.
|
Matrícula:
|
Nombre del Curso:
Diplomado en Formación Tutorial - UVP
|
Nombre del Profesor:
Maria de Lourdes Carrillo Arcega
|
Introducción.
El tutor a
nivel Universitario tiene como misión formar alumnos íntegros, esto sin duda
significa una atención personalizada y permite integrar conocimientos,
experiencias, valores y actitudes, que deberán ser transmitidos al alumno. Por
medio del ejemplo el tutor transmite valores, como la tolerancia, la
honestidad, la solidaridad, el respeto, etc. El tutor debe emplear la
comunicación efectiva y ser empático en su trato con el estudiante, porque es
importante que se desarrolle profesionalmente. El tutor debe eliminar la
sensación de los estudiantes de desesperanza, por un historial de fracaso
escolar, el creer que los eventos o conflictos en su vida son incontrolables,
por lo que carecen de confianza en sí mismos, manifestado por apatía,
aislamiento, derrotismo e indefensión, que muchas veces es ocasionado por
algunos profesores con sus mensajes sarcásticos y criticas personales dirigidas
al alumno, este pequeño trabajo intenta adecuar estas habilidades al propio
desarrollo tutorial de un servidor, para mejorar la atención que como tutor
brindo a los alumnos de Administración de Empresas, Relaciones Industriales y
Psicología Organizacional en el poco tiempo que por disponibilidad de espacios
y del propio tiempo tenemos como coordinadores.
Desarrollo.
Hasta cierto
punto con el PAT logramos menos deserción y reprobación escolar, siendo que
incluso cumpliendo este de manera administrativa su objetivo se cumple. Con la
labor tutorial, se debe también tener una meta final que alcanzar, que es la eficiencia
terminal de los alumnos, logrando con ello una competencia Profesional en los
alumnos, es decir que ellos alcancen su titulación y su desarrollo como
profesionales de la Administración, las Relaciones Industriales y la Psicología
Organizacional. Se refiere a hacer bien lo que debe hacerse, la eficiencia en
el uso de sus recursos disponibles, la eficacia en el logro de sus objetivos
académicos y profesionales, la efectividad en su desarrollo, la habilidad y la
calificación y cualificación profesional.
Para
alcanzar lo anterior es necesario evaluar permanentemente de nuestra propia
competencia profesional como tutores, nuestra propia humanización, que debe ser
objeto de reflexión y de aprendizaje. Con la actitud de "Humanismo",
apelamos a la disposición, a la actitud de vida que nos permite entender la
problemática del otro y por tanto, respetarla, valorarla e intentar
comprenderla, en una perspectiva de solidaridad humana, esto tratando de
parafrasear aquello que leímos en ética para amador. Pero con esos propósitos,
nuestra labor como tutores tiene sus límites, si queremos optimizar nuestro
desempeño.
Debemos por
tanto entender que la tutoría es un proceder, un mecanismo académico
pedagógico en el proceso educativo, es la acción de ayudar, orientar o
informar, en lo personal, pero sobre todo lo profesional, para formar
integralmente a los alumnos, es una labor individualizada, pero con intención
integradora de perfiles comunes, y en la que intervienen los profesores,
alumnos, instituciones, la familia y la sociedad en general.
De esta
manera, la tutoría se enfoca al desarrollo académico y a atenuar la maduración
del alumno, previendo problemas o interviniendo para lograr su solución, en el
que queda involucrado
el desarrollo personal emotivo y social, del alumno, además de orientar al
estudiante en su trayectoria escolar o académica.
Sin embargo,
el principal problema en esta labor, es el procurar brindar una atención
individualizada, a través de entrevistas, expedientes, contactos,
canalizaciones a alumnos de forma individual, cuando como tutores señalamos la
falta de tiempo necesario para atender eficazmente a los alumnos, que requieren
de su atención, ya sea por actividades de la coordinación, por actividades
académicas, o por las numerosas actividades administrativas que realizamos.
Esto es algo
que sin duda se vuelve un tanto paradójico, puesto que cuando a pesar de las
múltiples actividades que realizamos, logramos una atención personalizada
exitosa, esta necesidad aumenta aún más, su demanda se incrementa al
internarnos cada vez más en las causas que llevan al alumno a bajar su
desempeño escolar, haciendo que su seguimiento sea cada vez más complejo, por
la cantidad de variables que tenemos que considerar porque ya consideramos
antes, y esto no sólo con un alumno, sino con todos aquellos que atendemos.
Un tutor, a
diferencia de un docente, procura una relación estrecha con el alumno tutorado
o con el grupo al cual este pertenece, de tal manera que para lograr mediante
una atención individualizada, potenciar las habilidades profesionales del
alumno o del grupo, se deben considerar tanto la experiencia del tutor, sus
habilidades adquiridas en esta ardua tarea, su capacidad de realizar múltiples
funciones adicionales a la tutoría, su habilidad para que esta actividad no le
afecte de forma personal, el compromiso de la Institución con la tutoría, un
correcto PAT, y sin duda el interés de desarrollo académico y profesional del
alumno.
Conclusión.
En las últimas fechas como
coordinadores hemos comprendido la importancia de la labor tutorial, que sin
duda es importante para el desarrollo académico de los alumnos, sin embargo
parecería que esta labor no es valorada con la suficiencia necesaria por muchas
instituciones, siendo que queda relegada a una actividad más, como si fuese una
actividad administrativa común.
El reto del tutor parece ser, es
transformar esta idea, en algo que sea realmente útil para el desarrollo de las
Instituciones Educativas, para que estas comprendan su utilidad, su
complejidad, su necesidad, las carencias con las que se otorga, y demás
comprensiones.
Fecha:
30/09/2011
Favor de referenciar esta publicación en caso de ser utilizada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario